• Se estima que el 85% de todos los puestos de trabajo para el 2030 aún no han sido creados.

  • Consumidores y empresas cambiarán su comportamiento en búsqueda de soluciones sostenibles de cara al futuro.

Bogotá, abril de 2021. El cambio climático es una realidad cuyo impacto va más allá del que podemos ver a simple vista, está afectando a nuestro planeta, nuestras vidas y nuestros medios de subsistencia. Estas variaciones podrían incluso verse reflejadas en nuestros trabajos pues, a medida que se acelera el cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos ocurrirán con mayor frecuencia: las sequías, las inundaciones, la desertificación y el aumento del nivel del mar, harán que más tierra sea inhabitable y no agrícola. Más de 1.470 millones de trabajos a nivel mundial dependen de un clima estable y el cambio climático absoluto los amenazará a todos.

 

Si bien en los últimos años hemos visto a la comunidad internacional tomar acciones para frenar este fenómeno, por ejemplo, con el Acuerdo de París, queda mucho por hacer a nivel nacional y local. Necesitamos una Transición Verde, es decir, una transformación hacia una economía circular global. Según Nicolás Corredor, Gerente de Mercadeo, Sostenibilidad y Comunicaciones de Adecco Colombia, “para garantizar que este proceso sea exitoso, debemos prestar más atención al papel que desempeñan el capital humano y las habilidades de las personas para lograr un cambio sostenible. Las habilidades del capital humano y su potencial a menudo se pasan por alto al diseñar estrategias nacionales, en detrimento de las empresas y los trabajadores”.

 

El informe de Adecco, Skills for the Green Economy, presenta una serie de recomendaciones que deberían asumirse desde todos los sectores, para mitigar los impactos negativos en nuestros mercados laborales y expone que sin el desarrollo de habilidades, se estima que la economía global podría eliminar hasta 71 millones de puestos de trabajo en su camino hacia la circularidad. Sin embargo, el reciclaje profesional podría revertir esta perspectiva, por ejemplo, el sector energético, que es uno de los que más se afectaría, podría por sí solo podría producir un crecimiento neto de 18 millones de puestos de trabajo.

 

Los cambios en las industrias ocurrirán en diferentes geografías y en diversos momentos. Si bien, la pérdida de puestos de trabajo puede ser instantánea, la creación de nuevas plazas será un asunto gradual y no todos los trabajos reaparecerán automáticamente en las mismas industrias en las que se perdieron. Con ese fin, los gobiernos deberán proteger a los trabajadores, en lugar de los empleos, pues se cree que hasta el 85% de todos los puestos de trabajo en 2030 aún no se han inventado.

 

Si bien estos desafíos no son fáciles de abordar, son una oportunidad para los gobiernos, empresas y los trabajadores individuales. En términos más generales, las políticas ecológicas inteligentes pueden, entre otras cosas, conducir a:

 

  • Fuerza laboral mejor capacitada y preparada para el futuro.
  • Mercados laborales funcionales con sistemas educativos sofisticados.
  • Sistemas de protección social inclusivos.

 

Por eso, es esencial que todas las partes interesadas -incluidos gobiernos, empresas y trabajadores- colaboren en un Nuevo Contrato Social y garanticen que hay un avance hacia un futuro que funcione para todos. “un modelo de gobernanza que actúe en frentes trascendentales para un desarrollo integral del país, será clave para la renovación de un contrato social. Así, un compromiso que garantice entre otras cosas una vida digna, es imperante para catapultar la formalidad laboral en el mercado urbano y rural con empleos de calidad, con y mayores beneficios para la fuerza laboral”, señala Corredor.

 

Las etiquetas de equidad se han convertido en un mecanismo de gobernanza decisivo con un impacto significativo en el comportamiento del consumidor, específicamente, productos agrícolas como cacao o café o prendas fabricadas en desarrollo. Los países se han vuelto sujetos a un mayor escrutinio con respecto a la agricultura sostenible y el trabajo justo.

 

La tendencia hacia decisiones de consumo más conscientes y prácticas comerciales más responsables, es irreversible, y será una prioridad para avanzar hacia un futuro más equitativo. Los consumidores cambiarán su comportamiento y las empresas deberán ofrecer soluciones sostenibles desde el punto de vista social y medioambiental, lo que será un factor determinante en las empresas del futuro.

 

Encuentre el reporte completo aquí

 

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